"Yo siempre supe que iba a estar bien", repite Marcela Hinojosa Murguía. Cuenta que el día que ingresó al quirófano estaba frío, "muy frío. Así son, ya estuve otra vez..." subraya, y confiesa que antes de recibir la anestesia general derramó un par de lágrimas, pero no fue por miedo. "Nunca tuve miedo y siempre me manejé sola, viajo sola. Mi padre es americano y mi madre mexicana y me criaron en un hogar tradicional, muy unidos, pero también con mucha independencia... El quirófano tenía música romántica de fondo, (Phil Collins), pero los médicos que me prepararon para la cirugía la cambiaron de inmediato para evitar más emociones. Disculpen, les dije, ¿cuándo empiezo a sentir "sabroso" (yo ya quería estar sedada)?. Me pusieron la máscara de anestesia y les dije nos vemos en un rato. El posoperatorio fue excelente. Conocí al director del Hospital, doctor Marcelo Monteros. Le agradecí, y lo felicité por la excelente calidad humana, por el nivel profesional y por la infraestructura del hospital. Sentirse bien no tiene precio, pero no me cobraron nada.
Muchas gracias a todos, de corazón", reiteró la mexicana.
Muchas gracias a todos, de corazón", reiteró la mexicana.